El Románico Palentino del Camino de Santiago (2/2): el Camino del Besaya

Revilla de Santullán. Iglesia de San Cornelio y San Cipriano. Foto: Valdavia

El románico palentino destaca por su calidad artística, pero aún más por su cantidad: la provincia de Palencia es una de las regiones europeas con mayor concentración de arte románico. Hemos elaborado 8 rutas independientes para descubrir los monumentos más representativos y la Ruta sobre el románico palentino en el Camino de Santiago del Besaya es una de ellas.

¡Buen Camino!

En Castilla y León hay 15 rutas jacobeas oficiales para cruzar el territorio, divididas entre Caminos Históricos y Caminos Tradicionales y reconocidos por la Comisión de los Caminos a Santiago en Castilla y León. Dos de estas rutas pasan por la provincia de Palencia y ambas nos ofrecen la oportunidad de disfrutar del románico palentino:

Camino de Santiago del Besaya

El Camino del Besaya tomó tal nombre porque transcurre en gran parte junto al río Besaya. Esta ruta aprovecha el trazado de una antigua calzada romana que unía Suances (en la costa cántabra) con Carrión de los Condes, donde finalmente se une al Camino Francés. Es una de las rutas jacobeas más antiguas y su propósito fue (y es) enlazar el Camino de la Costa con el Camino Francés.

El Camino del Besaya también se conoce como la Ruta del Románico por la gran cantidad de monumentos de este estilo que encontrarás. Desde Cantabria cruzamos el Puerto de Somahoz y nos adentramos en el noroeste de la Montaña Palentina, donde empezamos nuestra ruta:

Salcedillo

Salcedillo es la primera localidad que encontramos recién entramos en La Braña palentina. Es una zona con increíbles paisajes de montaña y algunos restos de calzada romana en el municipio.

Salcedillo. Foto: Carlos Benayas

  • Románico imprescindible: Iglesia de San Martín Obispo, de origen románica, pero destruida en 1934 y reconstruida durante la década de 1940. Conserva la atractiva portada románica original.
  • No es románico, pero te gustará: el pueblo y sus maravillosos paisajes. No te pierdas el impresionante robledal de La Pedrosa.

Brañosera

Brasoñera tiene una gran tradición minera: se extrajo muchísimo carbón durante la década de los ’50 del siglo XX. Ahora mismo si quieres hacer turismo de interior y te gustan la naturaleza y el románico, éste es tu sitio.

Brañosera. Montaña Palentina. Foto: David Ceballos

  • Románico imprescindible: Iglesia de Santa Eulalia, con una interesante pila bautismal, y la Ermita de San Miguel y su ábside románico.
  • No es románico, pero te gustará: paisajes, rutas de senderismo, naturaleza…

Brañosera. Montaña palentina. Foto: David Ceballos

Valle de Santullán

El Valle de Santullán es una de las mejores zonas para descubrir el románico palentino. Barruelo de Santullán es la capital municipal a la que pertenecen las localidades de Revilla de Santullán y Cillamayor, las siguientes paradas en nuestro recorrido por el Camino del Besaya. Aquí el patrimonio arquitectónico y la tradición minera se entremezclan con la naturaleza.

Revilla de Santullán. Iglesia de San Cornelio y San Cipriano. Foto: Ángel M. Felicísimo

  • Románico imprescindible: En Revilla de Santullán destaca la Iglesia de Santos Cornelio y Cipriano como uno de los mejores ejemplos de románico palentino. Destacan las pinturas murales del ábside, la portada sur con la Última Cena tallada en una de las arquivoltas y la pila bautismal. En Cillamayor la Iglesia de Santa María la Real, del siglo XII, se lleva el protagonismo. Posiblemente perteneció a un antiguo convento.
  • No es románico, pero te gustará: el Centro de Interpretación de la Minería y la visita a la mina de carbón en Barruelo de Santullán.

Cillamayor. Iglesia de Santa María la Real. Foto: Valdavia

Aguilar de Campoo

  • Románico imprescindible: Colegiata de San Miguel, Monasterio de Santa María la Real (fundado en el siglo IX) y su Museo del Románico e Iglesias de San Andrés y Santa Cecilia.
  • No es románico, pero te gustará: el espacio protegido por la UNESCO Geoparque de Las Loras, el primer Geoparque en Castilla y León. Es un territorio de más de 95.000 hectáreas y que engloba espacios naturales, yacimientos prehistóricos, cañones fluviales, formaciones geológicas, zonas de protección para las aves, un yacimiento petrolífero… ¡Imprescindible!

Aguilar de Campoo. Ermita de Santa Cecilia y castillo. Foto: Zarateman

Olleros de Pisuerga

Olleros de Pisuerga es una pedanía de Aguilar de Campoo y nuestra próxima parada en el Camino del Besaya. Aunque no destaca por su románico sería un delito no recomendarte visitar el eremitorio rupestre de los Santos Justo y Pastor o el yacimiento del Castro de Monte Cildá, con restos romanos y prerromanos.

Olleros de Pisuerga. Ermita rupestre de San Justo y San Pastor. Foto: Zarateman

Santa María de Mave

Un poco más al sur encontramos Santa María de Mave, dentro del municipio de Aguilar de Campoo.

Monasterio de Santa María de Mave. Cúpula en la Iglesia. Foto: Valdavia

    • Románico imprescindible: Monasterio de Santa María de Mave, del siglo XIII.
    • No es románico, pero te gustará: el Espacio Natural de Las Tuerces, un laberinto rocoso de caprichosas formas originadas por la erosión y el increíble paisaje del Cañón de la Horadada, una garganta de piedra excavada por el río Pisuerga entre Villaescusa de las Torres y Mave.

Espacio Natural de Las Tuerces. Foto: Alejandro Vallejo Ortega

Alar del Rey

  • Románico imprescindible: permítenos la licencia de incluir aquí la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, construida en el año 1898 en estilo neorrománico, ¡esperemos que te guste!.
  • No es románico, pero te gustará: el inicio del Canal de Castilla. Alar del Rey se considera el Kilómetro Cero de esta incomparable obra hidráulica.

Alar del Rey. Canal de Castilla. Foto: santiago lopez-pastor

Becerril del Carpio:

Becerril del Carpio se articula en tres barrios diferentes: Santa María, San Pedro y La Puebla de San Vicente.

    • Románico imprescindible: los tres templos románicos situados en cada uno de los tres barrios: la Iglesia de Santa María y la Iglesia de San Vicente, ambas pertenecientes a antiguos monasterios, y la pequeña Iglesia de San Pedro.
    • No es románico, pero te gustará: el Rollo de Justicia de estilo tardogótico en el Barrio de San Pedro. Es de los mejores conservados de la provincia de Palencia.

Becerril del Carpio, Barrio de San Vicente. Iglesia de San Vicente. Foto: José Antonio Gil Martínez

Nogales de Pisuerga:

    • Románico imprescindible: Iglesia de San Juan Bautista, románica del siglo XI.

Herrera de Pisuerga

Continuamos el Camino del Besaya entrando en la Comarca de Boedo-Ojeda, otra de las zonas palentinas con un rico patrimonio románico. Nuestro siguiente municipio es Herrera de Pisuerga:

  • Románico imprescindible: la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, en la pedanía de Villabermudo de Ojeda.
  • No es románico, pero te gustará: el pasado romano de Pisoraca, la antepasada de Herrera de Pisuerga, con todas sus visitas relacionadas. La historia y trazado del Canal de Castilla a su paso por la localidad: no te pierdas el Centro de Interpretación.

Herrera de Pisuerga. Exclusa del Canal de Castilla. Foto: Discasto

Carrión de los Condes

El Camino del Besaya finaliza en Carrión de los Condes, una de las paradas más conocidas y significativas del Camino de Santiago en Palencia. Su historia se entremezcla con leyendas y tradiciones: el Tributo de las Cien Doncellas, la Casa del Lagarto, las hijas del Cid… No te pierdas:

  • Románico imprescindible: la Iglesia de Santa María de las Victorias y el Camino y su increíble portada dedicada a la Adoración de los Reyes Magos y la Iglesia de Santiago, del siglo XII, con algunas de las muestras más antiguas de todo el románico palentino.
  • No es románico, pero te gustará: el Monasterio de San Zoilo que, aunque tiene partes románicas, puede presumir de albergar en su interior uno de los mejores claustros platerescos del siglo XV en España. Además, en el antiguo Hospital de Peregrinos se ubica el actual Museo de Arte Contemporáneo.

Portada de la Iglesia de Santa María del Camino. Foto:Ángel M. Felicísimo

¡Gracias por leernos!

Foto de portada: Valdavia

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